Contáctanos

Cuando una persona atraviesa por una condición de salud desfavorable, el impacto no solo invade la existencia de ésta, sino que todo su entorno se ve alterado por un diagnóstico de cáncer.

Por más conocimientos técnicos, teóricos, por más experiencias que las personas hayan conocido de pacientes que han padecido la enfermedad o estén atravesando este proceso, el impacto es muy abrumador; pues nadie está preparado para un duelo de la salud, representando un cambio en los planes de vida para la persona que padece la enfermedad, cuidadores, familia, allegados y amigos.

En el caso específico de las personas cuidadoras, el impacto es aún mayor. Hay que tomar en cuenta que los procesos hemato-oncológicos son largos y muchas veces la persona que asume este rol, deja de lado sus propias necesidades. Su salud pasa a un segundo plano y hasta su propia familia deja de ser su prioridad.

Los cuidadores, no solamente se enfrentan al impacto del diagnóstico, sino también, a las diferentes etapas por las que atraviesa la persona diagnosticada, es aquí en donde no se debe dejar de lado lo importante que es que el cuidador esté equilibrado emocionalmente para que pueda brindar el mejor soporte y colaboración al paciente en el proceso de la enfermedad. En algunos casos, el cuidador aún sin ser un miembro de la familia se convierte en una persona clave en todo el proceso y puede marcar la diferencia en la vida del paciente.

Pero ¿cómo lidia un cuidador con todas las emociones que su rol exige? ¿cómo puede expresar la tristeza, incertidumbre, miedo, enojo, estrés o su frustración? o ¿cómo logra una persona estar tan cerca del dolor sin pretender verse afectado? La respuesta es sencilla… es imposible. Es en este momento en donde el hacerse valer de un soporte emocional profesional como lo es la psico oncología cobra sentido; ya que debería ser prioridad para el cuidador poder contar con un espacio, no solo para expresar todas sus emociones y sensaciones, sino a su vez para poder desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces para el manejo diario, técnicas para su autocuidado y, asimismo, ofrecer mayor calidad de vida a la persona que cuida.

Finamente es importante hacer énfasis en el desarrollo de habilidades que llamaré estrategias de sobrevivencia, tales como:

  • Respetar sus tiempos de alimentación y descanso, así como su salud ¡no olvide que un cuidador que se cuida, cuida mejor de otros!
  • Tómese tiempo para usted mismo: realice actividad física, busque espacios de esparcimiento, ocio y no descuide su rutina.
  • Pida ayuda cuando lo necesite y no se sobrecargue, aprenda a delegar.
  • Busque soporte emocional: permítase experimentar y comprender sus emociones, acuda a terapia psico oncológica individual o grupal.
  • Fortalezca su área espiritual (recuerda que espiritualidad no es religiosidad).
  • Practique la gratitud como modo de vida, rodéese de personas positivas y no se deje embargar por el negativismo y la tristeza.
  • Infórmese con fuentes confiables acerca de la enfermedad y los tratamientos, esto le ayudará a reducir la ansiedad y le brindará seguridad al paciente.

Dra. Rebeca Chaves Alvarado
Psico-oncóloga, parte de la Red Médica MediSmart.