La sociedad actual enfrenta la epidemia de la obesidad. Entre los mayores problemas que presenta esta afección es como se le ignora o minimiza, pues algunos piensan que es muy fácil perder peso, lo cual es falso. Personas con esta condición -y sin ella-, que inclusive laboran en el área de salud, no consideran la obesidad como enfermedad, y por lo cual no recomiendan, ni toman acciones para su tratamiento.
La obesidad es una enfermedad que no debe ser ignorada. Lamentablemente en Costa Rica se reporta que una de cada cuatro personas padece de este mal, y esta situación va en aumento. Inicia cada vez a edades más tempranas, y entre más personas padecen de obesidad, más “normal” se considera.
La obesidad se relaciona con el desarrollo de varias enfermedades muy molestas y frecuentes como lo son: hipertensión arterial, diabetes mellitus, desgaste y dolor de rodillas (osteoartrosis), desordenes del sueño como la apnea obstructiva del sueño, entre muchas otras. La gente con obesidad grado dos o tres, cuenta con un 30% de riesgo de muerte por todas las causas.
Cabe resaltar, que la obesidad y la depresión, en muchas ocasiones crean relación indivisible, y las dos deben ser identificadas y tratadas.
Causas
Existen muchas razones por las cuales las personas desarrollan obesidad. Principalmente hay que reconocer, que la comida rápida o chatarra es el gran enemigo, ya que representa una gran ingesta de calorías que no necesitamos para nuestra vida. Las personas desean que su aumento de peso sea debido a algún otro mal, pero pocas veces sucede así. Con frecuencia, la obesidad es producto de una combinación de factores biológicos propios de cada persona, con una dieta excesiva y alta en carbohidratos y falta completa de actividad física.
Durante la vida los principales periodos de ganancia de peso son: de los cinco a los siete años, en la adolescencia, durante la adultez temprana, en el embarazo y la menopausia. Es necesario estar atentos durante estos periodos, para ser cuidadosos en no aumentar de peso. Inclusive, si toda la familia padece de obesidad, no es definitivo para todos por igual. Si la persona conoce que tiene predisposición a padecer de obesidad debe evitar el exceso de calorías.
Además, existen varios medicamentos que ayudan a aumentar de peso y para las personas con obesidad no son la mejor opción. Pero algunos son esenciales en el tratamiento de otras enfermedades, como la insulina, sin embargo, es importante consultar con el médico para saber cuáles tratamientos pueden aumentar el peso, y tener más cuidado con la ingesta de comida.
Sin importar cuál sea la causa de la obesidad o cual sea el peso, la pérdida de tan solo 7% o 9% de grasa, empieza a mostrar beneficios de salud importantes. No todo el peso del cuerpo es igual, se debe perder grasa y no músculo, y con respecto a esto varían las opciones de tratamiento.
Cuando se trata de ayunos o abstinencia para bajar de peso, en los meses de enero y febrero son los que más frecuentemente se escucha hablar de dietas “de moda”, “locas” o “rápidas”. Estas dietas usualmente son peligrosas, ya que no tienen bases científicas y en su mayoría son deficientes de nutrientes esenciales, además de irreales e insostenibles. Con ellas llega el “efecto rebote”, el cual con el tiempo brinda ganancia de peso importante.
Perder peso de forma efectiva y sostenida requiere esfuerzo y un abordaje multidisciplinario, además de actividad física. El tratamiento es diferente para cada persona. Lo ideal es contar con la valoración profesional de nutricionistas, médicos y psicólogos. Y hasta de ser necesario, cobertura en enfermería o farmacia, ya que la pérdida de peso en personas con otras enfermedades es más compleja.
Existen varias opciones para tratar la obesidad. Su escogencia va a depender de las características de cada persona. El tratamiento es individualizado, las recetas o dietas van a variar según lo requerido. Para lograr una mayor y sostenida pérdida de peso es necesario combinar las diferentes terapéuticas.
Los métodos recomendados son: dieta, medicamentos, terapia conductual, actividad física, tratamientos de enfermedades concomitantes y en algunos casos cirugía. La dieta y el mantenimiento de esta va a representar más del 80% de la pérdida de peso, hay varios tipos: mediterránea, DASH (diseñada para personas con hipertensión), bajas en calorías (< 1200 cal/d), muy bajas en calorías (< 600-800 cal/d), cetogénicas (muy eficaces, con representan protección muscular) y otras particulares.
Entre las preguntas más comunes que llegan a los consultorios está la interrogante ¿Al tomar pastillas para perder peso adquiero dependencia? ¡Falso! La función de los medicamentos es muy importante. Actúan de maneras diferentes, pero los más efectivos son los que disminuyen el apetito y la ansiedad, factores que llevan a comer excesivamente.
¡El hambre! La gran piedra en el zapato de cualquier método. Al presentar pérdida de peso, el cuerpo genera apetito, por lo cual casi siempre la dieta por si sola tiende a fallar y no es suficiente. En este tipo de casos se requieren fármacos para mitigar la situación.
Cuando se presenta obesidad con otras enfermedades, la pérdida de peso es urgente, y la forma de bajar rápido es la cirugía. Si esta es la opción, la persona debe ser acompañada por el equipo médico antes y después de la cirugía.
Entre las excusas más conocidas la frase “tengo obesidad porque no puedo hacer ejercicio” es totalmente falsa. Aunque el deporte es fundamental para la pérdida de peso, no es indispensable. En realidad, representa poco porcentaje de la perdida, pero si es clave es en el mantenimiento del peso perdido.
Por otra parte, cuando el obeso afirma “Quiero perder peso, pero en mi casa no me ayudan”, lamentablemente es cierto. El sabotaje por parte de las personas más cercanas es frecuente por muchas razones, dentro de las cuales están comentarios como: “Así estas bien, para que vas a bajar”, “cómase un pedacito de queque, es una vez al año” entre otros. Al momento de decidirse a perder peso se debe involucrar a todo el núcleo familiar con esta decisión.
Las personas gastan mucho dinero tratando de perder peso. Es bueno buscar asesoría para saber cuál es la mejor forma de realizar su inversión y lo que es más difícil, como mantenerla. La obesidad es una enfermedad crónica, pero se puede controlar. Al iniciar un tratamiento dietético o farmacológico, no hay que abandonarlo, pues la enfermedad vuelve. El conocimiento de esto es primordial para evitar volver a subir de peso.
Perder peso puede revertir enfermedades tales como la diabetes e hipertensión, y trae beneficios en muchas áreas de la salud. Sí ¡Es difícil perder peso! Pero eso no quiere decir que sea imposible. Todos los seres humanos tenemos la capacidad de perder peso, sea cual sea nuestra condición de salud, física o sociocultural. Solo debe consultar al médico y tener la disposición.