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Si hay un término que podría llamar a confundirnos por sus múltiples definiciones es el de “Sobreviviente de Cáncer”, algunas comúnmente usadas hablan del proceso de vivir con cáncer, soportar el cáncer y sobrevivir a la enfermedad. En realidad, una persona se considera un “sobreviviente de cáncer” (cancer survivor) desde la fecha de su diagnóstico y a través del balance de toda su vida, por lo tanto, la sobrevivencia al cáncer comienza con el diagnóstico e incluye personas que se encuentran en tratamiento activo para el control de su cáncer, o que continúan recibiendo tratamiento para reducir el riesgo de que el cáncer regrese una vez considerado erradicado, o que están en un seguimiento que debe ser continuo para controlar una enfermedad que se considera crónica.

Vivir la vida con antecedentes de cáncer es algo único para cada persona. Sin embargo, hay un denominador común para la mayoría de ellos: la vida es diferente después del cáncer. Al finalizar el tratamiento activo, concluye la red segura del paciente de contactos periódicos y frecuentes con el equipo de atención médica. Los sobrevivientes del cáncer pueden tener entonces preocupaciones que afecten sus emociones, conducta, memoria y capacidad para concentrarse; pueden sentir angustia emocional, como depresión, incertidumbre acerca del futuro, miedo a la recurrencia. A esto se le suma una cuantía de problemas físicos, psicológicos, sexuales o de fertilidad que han quedado como secuela de la enfermedad o de sus tratamientos.

Es un hecho que los pacientes diagnosticados de cáncer están viviendo más tiempo gracias a mejores técnicas para detectar el cáncer en sus etapas iniciales y mejores tratamientos contra esta enfermedad, pero existe un debe importante en el seguimiento de este gran número de personas que se incrementa cada vez más (aproximadamente al 67 % de los sobrevivientes de cáncer en la actualidad les diagnosticaron cáncer hace cinco años o más) y que reclaman una mayor atención médica.

Por lo tanto, es vital recibir atención de seguimiento con personal médico capacitado en este sentido ya que puede ayudar a detectar recurrencias y cánceres nuevos en sus etapas iniciales y permite al paciente tener una guía para paliar los efectos secundarios y las secuelas del tratamiento contra el cáncer, a la vez que lo conduce por un estilo de vida sano.

Ejemplos de toma de decisiones saludables para disminuir el riesgo de un nuevo cáncer o una recurrencia son:

    • Evitar el tabaco.
    • Limitar el consumo de alcohol.
    • Evitar exponerse demasiado a los rayos ultravioleta del sol y de las camas solares.
    • Tener una alimentación rica en frutas y verduras.
    • Mantener un peso saludable.
    • Mantenerse físicamente activo.

Dr. Leonardo Fabrizio Lami
Oncólogo, parte de la Red Médica MediSmart y OncoSmart