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El esguince es una distensión, ruptura parcial o total del ligamento.

El ligamento sirve como estabilizador de una articulación, en este caso el tobillo se tuerce hacia un lado u otro produciéndose una rotura de ligamentos o esguince. El mecanismo de inversión forzada (doblar el pie hacia adentro) del pie produce lesiones por tracción, sobre todo cuando existe una lesión del complejo ligamentoso externo, pero no es el único mecanismo lesional existente, ya que puede asociarse también lesiones por contusión que provocan lesiones directas sobre el ligamento.

Clasificación de los Esguinces

    • Esguince de primer grado:
      Se produce una distensión ligamentosa, con alguna ruptura de alguna fibra, con poco dolor, hematoma nulo o escaso y sin inestabilidad marcada.
    • Esguince de segundo grado:
      Se aprecian rupturas parciales del ligamento. Suele observarse una equimosis y hematoma, con dolor localizado y algún grado de inestabilidad al andar o estar de pie. La inflamación es moderada. .
    • Esguince de tercer grado:
      Ruptura completa del ligamento e inestabilidad importante de la articulación. Los signos inflamatorios y el dolor son importantes. .

Tratamiento Fisioterapéutico del esguince de tobillo

Una vez que ya tenemos el diagnóstico clínico, podremos comenzar el tratamiento. El tratamiento irá encaminado a evitar la inestabilidad de tobillo, ya que podría evolucionar a inestabilidad crónica si no está bien tratado.

El riesgo de sufrir un nuevo esguince es mayor en los 12 meses siguientes al esguince inicial, de ahí la importancia del tratamiento curativo y preventivo en este periodo de tiempo.

En fase aguda el tratamiento básico consiste en:

    • Reposo:
      Imprescindible para eliminar toda carga adicional sobre el tobillo. El reposo no impide la realización de movimientos activos o pasivos del pie sin apoyo. En el caso que el esguince produzca cojera, se recomienda el uso de 1 o 2 muletas con el objetivo de disminuir el apoyo y evitar forzar el ligamento en “reconstrucción”.
    • Elevación:
      Evitará mayor inflamación y descarga tensión en el tobillo.

Pasado una semana con el conveniente reposo, se puede empezar a realizar sesiones de fisioterapia.

Trabajar la musculatura periférica del tobillo

Focalizado fundamentalmente en los músculos implicados en la eversión (movimientos hacia afuera y hacia adentro del tobillo) Restaurar la fuerza entre la inversión y eversión. Realización de ejercicios de activación muscular; es muy importante dar mucha importancia al fortalecimiento muscular, ya que la fatiga muscular lleva a una disminución de la calidad en la recepción y posterior respuesta al estímulo y, por tanto, al deterioro de la estabilidad dinámica.

Propiocepción

La propiocepción es la cualidad que nos permite apreciar nuestra posición, el equilibrio y sus cambios en el sistema muscular. La situación de nuestras piernas y pies es controlada de forma automática por nuestro sistema nervioso.

Recibimos información de nuestra situación y nuestro sistema nervioso va ajustando los cambios para mantener el equilibrio.

Estiramientos de los músculos y ligamentos.

Los ligamentos laterales al igual que la musculatura periférica del tobillo deben tener una buena flexibilidad. Conviene tener una buena movilidad articular de todo el tobillo, con los ligamentos elásticos y la musculatura estabilizadora periférica flexible y resistente.

Conclusiones

Queda demostrado que la fisioterapia es más eficaz en el tratamiento del esguince de tobillo que la propia inmovilización simple.

El tratamiento debe ser con objetivo curativo como preventivo durante el periodo de rehabilitación ya que existe riesgo de sufrir un nuevo esguince en los 12 meses siguientes.

El tiempo de tratamiento varía de acuerdo al tipo de lesión y tipo de paciente.

Pasado una semana con el conveniente reposo, se puede empezar a realizar sesiones de fisioterapia.

Julio Umaña P.
Fisioterapeuta del Hospital Metropolitano y parte de la Red Médica MediSmart