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La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte a nivel mundial y desde los años 90´s, pasó a ser la primera causa de muerte en Costa Rica, manteniéndose en ese puesto hasta el día de hoy.

Debido a que tratar las consecuencias de la enfermedad cardiovascular es muy oneroso, se prefiere iniciar con medidas preventivas que a largo plazo generan un impacto positivo en la salud de las personas.

¿Qué es el riesgo cardiovascular?

Es una medición, que define la probabilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular en un periodo definido, y esta se realiza, a los pacientes con factores de riesgo de desarrollar un evento cardiovascular, como lo son: infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular (derrame), muerte súbita y enfermedad arterial periférica, en un periodo de 10 años.

Esta medición se reporta en porcentaje y se considera que cualquier persona con un riesgo cardiovascular mayor de 7.5% a 10 años, está en alto riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.

La medición del riesgo cardiovascular fue desarrollada hace 50 años con análisis epidemiológicos de la enfermedad cardiovascular, y hoy en día, es un elemento importantísimo en el abordaje de la prevención de esta enfermedad.

Para obtener el riesgo cardiovascular se toman en cuenta: la edad del paciente, el sexo, la etnia, la presión arterial sistólica y diastólica, niveles de colesterol total: HDL y LDL, si es diabético, si es o fue fumador, si está tomando medicamentos para la presión arterial y/o estatinas; y si toma aspirina.

Con esta información el Colegio Americano de Cardiología definió según estudios epidemiológicos, el nivel de riesgo cardiovascular de los pacientes permitiendo una intervención temprana e integral de enfermedades que son crónicas y con pronósticos de desenlaces que pueden ser graves para el paciente.

Estos índices mejoran la relación entre paciente-médico y además permiten readecuar tempranamente los hábitos de los pacientes y mejorar su calidad de vida.

Causas de la enfermedad cardiovascular

Se estima que el 64% de la población en general, puede tener 3 o más factores de riesgo modificable. Aproximadamente en el 90% de los infartos de miocardio a nivel mundial, pueden ser causados por anormalidades de niveles de lípidos, el fumado, la presión arterial alta, la diabetes, la obesidad abdominal, factores psicosociales, la inactividad física y las dietas baja en frutas y verduras.

Al ser esta enfermedad una entidad prevenible, cada vez más las guías internacionales se dirigen hacia la intervención agresiva y oportuna de los factores de riesgo modificables y el desarrollo de cambios efectivos a nivel del estilo de vida saludable (manejo del peso, suspensión del fumado, aumento de actividad física e intervención farmacológica como por ejemplo utilizar medicamentos para la presión alta y para bajar los lípidos).

Factores de riesgo

Con el aumento de la edad, también aumenta el riesgo cardiovascular, por lo que se vuelve indispensable la detección e intervención rápida de los factores de riesgo individual como: la presión alta y niveles de lípidos.

Una intervención moderada en varios factores de riesgo puede tener mayor impacto en la disminución del desarrollo de la enfermedad cardiovascular; que sencillamente hacer una intervención de un único factor de riesgo.

Para lograr mejorar la calidad de vida de los pacientes a largo plazo, se requiere: una mayor comunicación y trato integral entre médico-paciente, un compromiso real del paciente y el tratamiento oportuno a lo largo del tiempo de sus factores de riesgo.

Al ser una enfermedad de desarrollo lento durante los años, es difícil creer que algo pueda estar afectando su salud, pero los estudios son claros: las enfermedades crónicas se van desarrollando con el paso del tiempo en forma silenciosa e imperceptible; y su prevención impacta directamente en su vida futura.

Nunca es tarde para empezar a cuidarse, y con forme pasa el tiempo, vemos que más que una moda, mejorar nuestro estilo de vida, la alimentación, el ejercicio, el tratamiento de enfermedades crónicas, es la única vía para garantizar una vejez digna y saludable.

Redactado por:
Dr. José Mario Sprok Tromp
Jefe Médico Extrahospitalario y Consulta Externa del Hospital Metropolitano.

Referencia:
2013 ACC/AHA Guideline on the Assessment of Cardiovascular Risk
A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines
David C. GoffJr , Donald M. Lloyd-Jones , Glen Bennett , Sean Coady , Ralph B. D’Agostino , Raymond Gibbons , Philip Greenland , Daniel T. Lackland , Daniel Levy , … Show all Authors
Originally published 12 Nov 2013 Circulation. 2013;129:S49–S73