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Ser padres es un trabajo del día a día. En el que muchas veces cuestionamos si lo que hacemos está bien o mal. Y solo tenemos un fin con los hijos, que sean niños felices y que tengan una buena educación.

Si como padres vemos ciertas conductas o comportamientos que nos preocupan, o si en la escuela nos indican la presencia de intención o inquietud constante, se debe descartar la presencia de un Trastorno por Déficit Atencional (TDA). El diagnóstico debe ser brindado por un neurólogo pediatra o psiquiatra de niños y adolescentes. Si observamos asociado a estos indicadores dificultades académicas, el apoyo psicopedagógico es fundamental.

Nadie ha dicho que ser padres es fácil. En especial cuando nos enfrentamos a nuevos retos, como lo es la escuela, tareas, estudiar y dedicar tiempo para que los niños se vayan enfrentando a estas nuevas responsabilidades. Pero ¿Cómo ayudarles si tienen Déficit Atencional?

Muchos padres comentan que los periodos de estudio y de tareas se tornan en horas de sufrimiento y lucha entre los niños y ellos. Por ejemplo, una tarea de 15 minutos se convierte en el martirio de una hora. Llanto, quejas, aburrimiento, distracción constante, mala postura y movimiento corporal son algunas de las quejas de los padres de niños con Déficit Atencional.

Entonces, ¿Qué hacer? Cada niño tiene un estilo de aprendizaje que es importante identificar. Muchos requieren mayor estímulo ya sea por medio del canal visual, auditivo o kinestésico, por lo que es clave identificar cuál es el medio que el niño requiere para dicho aprendizaje. A la vez es importante que el estímulo de igual manera siempre se brinde por medio de estos canales sensoriales. El niño tiende a recordar y memorizar de mejor manera cuando se brinda el contenido o el tema por todos los canales sensoriales. El aprendizaje tiende a ser más significativo cuando el niño aprende jugando y se encuentra motivado.

A la vez es clave estructurar al niño. Planifique con él su horario de estudio. Delimite cuántas horas de estudio requiere al día. Es indispensable incluir momentos de descanso entre periodos de estudio. Se recomienda 10 minutos de descanso, por cada 30 minutos de estudio. También es importante que estudie las materias en las cuales presenta mayor dificultad antes que en las que el niño evidencie un mejor dominio. Los niños con TDA requieren de rutinas establecidas para que adquiera un buen hábito de estudio.

El niño debe a la vez contar con un lugar de estudio establecido. Dicho lugar debe tener los materiales que el niño requiere para estudiar. A la vez debe tener buena iluminación y ventilación. Es clave que esté lejos de distractores auditivos. Cuando el niño estudie, se le debe recordar llevar todos los materiales que requiere utilizar a este lugar, para evitar que se ponga de pie constantemente y pierda su concentración. En el caso de niños con hiperactividad, es importante valorar otras medidas cuando estudian, ya que requiere mayor movimiento corporal, por lo que pueden utilizar bolas de yoga en vez de utilizar una silla o también usar unas ligas elásticas en los que pueden descansar y estirar las piernas, conocidas como “bouncy bands” en su escritorio.

Todas estas recomendaciones van acompañadas de la más importante, sea paciente y constante. El éxito escolar de los niños va acompañado de comprensión y apoyo ante las necesidades evidenciadas. Brindar el acompañamiento durante los primeros años escolares y enseñar hábitos correctos en sus procesos de aprendizaje, le permitirá al niño ir siendo más independiente y así ir estudiando con mayor motivación.

Parte del éxito de su hijo es que usted como padre comprenda la necesidad de él o ella y le ayude a generar la seguridad que necesite para aprender. Promueva palabras motivadoras en el día a día y verá cómo su hijo poco a poco irá generando cambios positivos.

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
– Benjamin Franklin

MPs. Paola Castro Ramírez.
Especialista en psicopedagoga, parte de la Red Médica MediSmart.